La ciudadanía se expresa en las calles de todas las ciudades de Chile contra los abusos y las desigualdades. La clase media y los sectores populares están cansados de soportar siempre las cargas del sistema. Chile se ha transformado en una sociedad de mercado en que el derecho al agua o a la salud, sólo por citar algunos ejemplos, no están debidamente garantizados.
Es imprescindible avanzar en una ambiciosa agenda anti-abusos que enfrente con decisión las enormes desigualdades. Sin embargo, el sistema político institucional no ha sido capaz de canalizar este malestar generalizado para dar respuesta a las demandas ciudadanas. La actual Constitución Política de la República, impuesta por la fuerza en dictadura, pese a todas sus reformas, todavía constituye una camisa de fuerza que consagra el abuso y protege los intereses de unos pocos en perjuicio de los derechos de la gran mayoría de las ciudadanas y ciudadanos. La Constitución del 80 sigue siendo una traba infranqueable para la justicia social.
Las demandas sociales que se expresan en estos días exigen una respuesta política sustantiva. Por ello, resulta imprescindible establecer una alternativa profundamente democrática que abra el cerrojo constitucional para avanzar en la construcción de un Chile más justo.
Es el pueblo el que hoy se expresa en las calles. Debe ser el pueblo el protagonista de la respuesta política ante estas demandas sociales. Por ello, es necesario avanzar hacia un PLEBISCITO que abra la puerta a un proceso de elaboración de una NUEVA CONSTITUCIÓN a través de una Asamblea Constituyente.
Porque sin una nueva Constitución será imposible erradicar los abusos y superar las desigualdades. Son las ciudadanas y ciudadanos los que ahora tienen la palabra.
Los sectores conservadores pretenden generar una falsa dicotomía entre lo social y lo político. Por ello, es necesario precisar que la demanda social contra los abusos y las desigualdades está íntimamente ligada al cambio político institucional. Sin una nueva Constitución será imposible dar respuesta satisfactoria a las demandas ciudadanas.
Asimismo, es urgente detener la agenda pro-abusos del Gobierno de Piñera, para transitar en un sentido contrario: una ambiciosa agenda anti-abusos que combata con decisión las desigualdades a través de reformas estructurales.
Junto a las reformas estructurales, el Partido Socialista ha planteado una serie de propuestas en materia social para bajar el costo de la vida, aumentar los ingresos de los hogares y mejorar la calidad de vida, que resulta indispensable aprobar en el corto plazo.
Chile hoy tiene una oportunidad de dar un salto hacia una sociedad mejor. El PLEBISCITO es un instrumento profundamente democrático que restablece la soberanía del pueblo de Chile y abre un nuevo horizonte de esperanza para nuestro país.
Senador Álvaro Elizalde, presidente del Partido Socialista